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Mes de la prevención y la recuperación del suicidio: una historia personal

Querida Comunidad,

A medida que avanza septiembre, me encuentro reflexionando sobre dos celebraciones profundamente significativas y entrelazadas: el Mes de la Recuperación y el Mes de la Prevención del Suicidio. Esta época del año tiene un profundo significado en mi corazón y me gustaría compartir con ustedes por qué.

Cuando era niña, mi abuela se quitó la vida, escapando intencionalmente de la depresión, la adicción y el dolor que padecía, mediante una sobredosis letal de medicamentos recetados. Llegué a comprender desde muy temprano cuánto dolor llevan consigo las personas y cómo a veces ese dolor se vuelve demasiado difícil de soportar.

Casi 30 años después de que mi abuela se suicidara, perdí a mi hermano por una desgarradora sobredosis de drogas mientras él esperaba desesperadamente una cama para recibir tratamiento. El pasado mes de agosto se cumplieron 6 años desde que escuché su voz. Llevo esta pérdida conmigo todos los días y me impulsa a marcar la diferencia a través de nuestro trabajo en Jefferson Center.

Mi hermano, un músico nato, vivió la vida intensamente, abrazando la alegría, la tristeza y la ira con igual pasión. No era tan diferente de mi abuela (ambos carismáticos en formas que atraían a otros hacia ellos) y, sin embargo, nunca parecieron contentos o reconfortados por el círculo de personas que reunían. Lucharon contra la pérdida, ya fuera profunda o aparentemente trivial, y la soledad dejó cicatrices en sus almas. Es un desafío discernir si algunos de estos rasgos eran síntomas de adicción, depresión o el resultado de los traumas que enfrentaron. Quizás estaban codificados en la genética, una predisposición que ha llevado a muchos miembros de mi familia a luchar. Algunos que hemos perdido, y otros que luchan cada día por recuperarse.

Como psicólogo, estaba armado con teorías y técnicas basadas en evidencia: el estándar de oro en nuestro campo. Sin embargo, me encontré cara a cara con la cruda realidad de que a veces estas herramientas y técnicas simplemente no son suficientes. A veces el amor de una persona no es suficiente.

Mientras mi hermano esperaba tratamiento, sucumbió a una sobredosis de drogas, una tragedia muy común en una epidemia de adicción en aumento. Su historia es sólo una de muchas que resaltan la necesidad urgente de tratamiento y apoyo accesibles. El número de vidas perdidas sigue aumentando, lo que muestra un panorama sombrío de la crisis actual.

La experiencia de mi familia alimenta mi compromiso con esta causa y es por eso que el Mes de la Recuperación y el Mes de la Prevención del Suicidio resuenan en mí a nivel personal. Las muertes prematuras de estas personas que amo son un claro recordatorio de por qué nuestro trabajo es tan vital, y esta conexión personal me impulsa a mejorar el acceso a los servicios de tratamiento esenciales.

Si bien no existe una solución única y claramente definida para quienes luchan con pensamientos suicidas o contra la adicción, estas son las cosas que sabemos que importan: una comunidad de conexión, reducir el estigma para que nadie tenga que sufrir solo, saber dónde obtener calidad. tratamiento cuando la persona esté lista y sin tener que esperar.

Nadie debería tener que soportar la agonía de esperar un tratamiento crucial cuando finalmente decide buscar ayuda. Esa es la esencia de nuestra misión en Jefferson Center. Debemos unirnos como comunidad para derribar barreras, reducir el estigma y garantizar que quienes buscan ayuda puedan encontrarla cuando estén listos para embarcarse en su viaje hacia la recuperación.

En Jefferson Center, nuestro enfoque se basa en la conexión. Creemos que ser parte de una comunidad compasiva puede ser una poderosa fuente de fortaleza para las personas que enfrentan desafíos de salud mental, problemas de uso de sustancias y pensamientos suicidas. No se trata sólo de brindar tratamiento; se trata de conocer a las personas donde están, comprender sus luchas únicas y ofrecerles una mano para guiarlas cuando estén listas para embarcarse en su camino hacia la recuperación.

Ofrecemos una gama completa de uso de sustancias, servicios de salud mental y bienestar para ayudar en el camino hacia la recuperación. Desde asesoramiento individual y grupal, hasta Terapias asistidas por medicamentos, hasta programas familiares y conexiones con recursos adicionales, nuestro objetivo es crear una red de atención basada en evidencia que abarque a los miembros de nuestra comunidad durante sus momentos más vulnerables.

Al reconocer el Mes de la Recuperación y el Mes de la Prevención del Suicidio, es momento de unirnos como comunidad para apoyarse unos a otros. Tómate un momento para extender una mano, escuchar con empatía y abrir tu corazón a alguien en tu vida que pueda estar luchando en silencio. A menudo son los actos de bondad más pequeños los que pueden generar el mayor impacto.

Honremos a quienes han reunido la fuerza y ​​los recursos para recuperarse, ofrezcamos apoyo inquebrantable a quienes aún están en ese camino y recordemos a los que hemos perdido en el camino. Lo más importante es que todos nos comprometamos a fomentar una comunidad donde la salud mental tenga prioridad, donde nadie sufra de forma aislada y donde el tratamiento esté disponible cuando más se necesita.

– Kiara Kuenzler, Psy.D., psicóloga licenciada, presidenta y directora ejecutiva

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