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Sanando la mente, el cuerpo y el alma a través de la gratitud

Sanando la mente, el cuerpo y el alma a través de la gratitud

Querida Comunidad,

A medida que se acercan las vacaciones y otro año llega a su fin, me encuentro concentrándome en la gratitud. Siempre hay tantas cosas grandes y pequeñas por las que estar agradecido, y nuestro desafío es reducir la velocidad lo suficiente como para realmente notarlo. Pienso en los pequeños y hermosos momentos de este último año, como la sonrisa radiante de confianza y emoción cuando mi hija aprende una nueva canción en el piano o la guitarra, la conversación inesperada y sincera con un colega o amigo, y la dulzura de los prolongados abrazos de mi hijo por la mañana antes de la escuela. Estas pequeñas cosas lo son todo. Y en un mundo que a menudo puede parecer ajetreado y abrumador, trato de hacer espacio para estos momentos que traen tanta alegría, que expanden mi corazón y me recuerdan lo que realmente importa.

Practicar la gratitud se ha convertido en un ancla para mí, una forma de arraigarme en estos regalos diarios. Y la ciencia respalda lo que muchos de nosotros sentimos: tomarnos el tiempo para notar y apreciar estas pequeñas alegrías puede tener un profundo impacto en nuestro bienestar, nuestras relaciones e incluso nuestra salud física. Las investigaciones muestran que la gratitud no se trata solo de mejorar nuestro estado de ánimo durante unos minutos; en realidad, se trata de transformar nuestra mente, desarrollar resiliencia y profundizar nuestras conexiones con los demás.

Los efectos de la gratitud en el cerebro son profundos. Los estudios demuestran que cuando practicamos la gratitud, activamos los centros de recompensa del cerebro, liberando serotonina y dopamina, los neurotransmisores que desempeñan un papel importante en la felicidad y el estado de ánimo general. Algunos estudios incluso sugieren que reconocer regularmente por qué estamos agradecidos puede tener efectos similares a los de los medicamentos antidepresivos, ofreciendo un estímulo natural y duradero.

Más allá de los beneficios individuales, la gratitud fortalece nuestras relaciones. Mostrar agradecimiento no solo hace que los demás se sientan bien, sino que promueve sentimientos positivos y nos ayuda a conectarnos. En un estudio, las parejas que expresaban gratitud con regularidad se sentían más cercanas, más positivas entre sí y más satisfechas en sus relaciones. No importa si es con la familia, los amigos o los compañeros de trabajo, la gratitud puede acercar a las personas, ayudándonos a sentirnos más apoyados y menos solos.

El impacto de la gratitud en nuestra salud física también es interesante. La gratitud se ha relacionado con niveles más bajos de cortisol, la hormona del estrés, lo que puede ayudarnos a controlar la ansiedad y las presiones diarias. La gratitud también se asocia con un mejor sueño, una reducción de los síntomas de depresión, una presión arterial más baja e incluso un sistema inmunológico más fuerte.

La gratitud también genera resiliencia. En tiempos difíciles, nos ayuda a centrarnos en lo que va bien y a ver oportunidades en medio de los desafíos. Si reentrenamos el cerebro para que vea lo bueno, podemos volvernos más optimistas y estar mejor preparados para recuperarnos de las dificultades.

Personalmente, me gusta dedicar unos minutos al comienzo de cada día a centrarme en cómo quiero expresar mi gratitud a los demás: la mejor manera de empezar el día es acercándome a alguien y haciéndole saber lo agradecido que estoy por él. Al final del día, cuando acuesto a mis hijos, compartimos nuestras gratitudes diarias y aprovechamos el momento de reflexión. Estos momentos me ayudan a sentirme arraigado y conectado. No hay una forma "correcta" de practicar la gratitud. Puedes escribir tres cosas por las que estás agradecido cada noche, escribir una nota a alguien o simplemente agradecerle a un extraño por su acto de bondad. Haz lo que te parezca correcto, pero recuerda también que puede requerir práctica formar los hábitos que generan impactos duraderos. Hemos compartido una lista de algunas de las formas en las que puedes empezar en nuestro Blog sobre cuestiones de salud mental.

A medida que se acercan las fiestas y nuestras agendas se vuelven más apretadas, te animo a que tomes unos minutos cada día para hacer una pausa y practicar la gratitud. Es una herramienta poderosa que puede cambiar nuestro enfoque de lo que falta a lo que está presente, ayudándonos a vivir con más alegría.

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