Cuando su exnovio se volvió violento con ella, Raven supo que necesitaba protegerse. Su llamada a la policía para pedir una orden de restricción la ayudó a sentirse segura, pero nunca esperó encontrar curación y apoyo más allá del informe.

Unos días después de llamar a la policía, Raven fue contactada por PorchLight Family Justice Center, un socio del Jefferson Center que brinda asesoramiento, apoyo y otros recursos para víctimas de violencia, trata y abuso. Primero se la conectó con Ariana, quien le brindó apoyo legal, incluida la presentación de documentos, asistir a la corte con Raven y apoyarla cuando se enfrentaba a su exnovio.

Lo que Raven no esperaba era el apoyo continuo para ayudarla a procesar el trauma causado por la violencia doméstica. Se sorprendió al recibir una llamada de seguimiento de Rachel, terapeuta del Centro Jefferson. Desde la primera llamada telefónica, Raven supo que había encontrado a alguien que la ayudaría. Con Rachel, encontró un lugar donde ser real, segura y comenzar a sanar.

“Rachel es una persona que se preocupa. Tuve experiencias antes con proveedores a quienes realmente no parecía importarles. No es así con Rachel. No tengo que temer lo que le digo, porque sé que a ella realmente le importa”.

La curación de Raven ha incluido el viaje de redescubrimiento de sus raíces. Raven, de padre militar y madre coreana donde las emociones, las disculpas y los traumas se mantenían en silencio, trabajó junto con su terapeuta para conectarse mejor con su familia y su cultura. Esto incluyó encontrar un espacio para ser sincera con su madre, mencionar cómo su educación afectó su proceso de curación y querer ser más abierta cuando surgen desafíos en la vida.

También ha encontrado una esperanza increíble en el chamanismo y su espiritualidad. El tiempo que Raven pasa conectándose con la naturaleza y explorando sus creencias la ha llevado a un lugar donde se acepta y ama mejor a sí misma y al mismo tiempo extiende esto a los demás.

Un año después, Raven reflexiona sobre su viaje y reconoce que si nos hubiéramos acercado hace un año, no habría estado lista para contar su historia. Pero con la ayuda de Rachel y sus prácticas curativas, su confianza es evidente, sabiendo que su historia puede ser la que traiga esperanza a otra persona. No tiene miedo de decir que el viaje no es fácil, a veces es feo y se pregunta cómo llegó hasta aquí. En estos momentos, puede mirar hacia atrás, a su vida y a su viaje, sabiendo que sobrevive para ella y para los demás.

“Colectivamente somos increíbles y así es como se supone que debe funcionar el mundo. Si volvemos a eso, será mejor para todos”.