*Advertencia desencadenante: agresión sexual, consumo de sustancias e intento de suicidio.*

Silvia creía que sus traumas habían quedado atrás, pero aprendió cómo pueden resurgir inesperadamente en la vida. Su abuelo la agredió sexualmente cuando ella tenía cuatro años, lo que destrozó su sensación de seguridad y la obligó a encontrar formas de protegerse. Sin ningún lugar a quien acudir en busca de apoyo, Silvia recurrió a mecanismos destructivos para afrontar el dolor. Cuando tenía 14 años, consumía drogas a diario y robaba medicamentos para la tos, pero el dolor era ineludible.

Mientras se hundía más en su depresión y comenzaba a faltar a la escuela con amigos y bebía hasta desmayarse. Silvia sintió que había llegado a un punto de quiebre, intentando suicidarse, creyendo que ya no quería estar viva.

Su punto de inflexión llegó inesperadamente cuando descubrió que estaba embarazada a los 19 años. Ese día, dejó todo (las drogas, la bebida, faltar a la escuela) y ha estado sobria desde entonces. “Estar embarazada me salvó la vida”.

Años más tarde, Silvia finalmente comprendió el profundo impacto que su trauma y sus elecciones de vida tuvieron en ella. En 2023, se mudó de Florida a Colorado, con su entonces novio y sus dos hijas. La familia estaba emocionada por la visita de su padre, pero la noche anterior, los traumas de Silvia resurgieron inesperadamente. Ella describe la hiperventilación, su mente corriendo por todo lo que había soportado cuando era niña y el pánico: "¿Qué pasa si esto les pasa a mis hijas?" Silvia sabía lo difícil que era explicarle a su familia que todo eso estaba en su cabeza, que confiaba plenamente en el abuelo de las niñas, pero su pasado hacía difícil confiar en quienes la rodeaban, especialmente en sus propias hijas.

Ese fue el momento en que Silvia se dio cuenta de que necesitaba ayuda. Buscó en Google “terapia y grupos de agresión sexual”, donde encontró el Centro Jefferson en el Centro de Justicia Familiar PorchLight, un centro comunitario que reúne asesoramiento, apoyo y otros recursos para víctimas de violencia, trata y abuso. Desde abril de 2023, ve semanalmente a su terapeuta, Rachel, hablando de cualquier cosa. A través de asesoramiento y EMDR (desensibilización y reprocesamiento de los movimientos oculares), ha podido afrontar su trauma pasado, las decisiones que tomó cuando era adolescente y cómo puede afrontarlas mejor hoy.

En septiembre, tomó la difícil decisión de separarse de su novio, pero dice que se sintió lo suficientemente fuerte como para superarlo gracias al apoyo que recibió en la terapia. Vivió en un refugio con sus hijas hasta que pudo conseguir un realojamiento rápido.

“Estos momentos pueden derribar a las personas y hacer que se sientan estancadas. Pasar por esto mientras estaba en terapia me hizo más fuerte. Pude establecer metas y lograrlas”.

Hoy, Silvia es una joven vibrante que espera un futuro emocionante. Tiene un hogar con sus hijas, está construyendo su currículum y tomando capacitaciones para obtener un certificado en servicios humanos. Este otoño, espera comenzar la universidad con el objetivo final de ayudar a jóvenes como ella.

 Recuerda que cuando era adolescente sentía que solo una persona, su mentor, se preocupaba de verdad por ella. Su mentor se abrió a ella y le reveló su propia historia, lo que marcó la diferencia. A partir de entonces, se dio cuenta del poder de las historias y de cómo compartir sus luchas puede ayudar a los demás.

Silvia comparte ahora su historia, reconociendo que cuando nos relacionamos con otra persona, nos ayuda a sentirnos menos solos. Ella entiende que todos somos humanos, todos luchamos y enfrentamos problemas, pero podemos crecer y convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos cuando enfrentamos nuestros traumas.